Ejercicios de Running reducen el riesgo de metástasis

El ejercicio físico es uno de los hábitos saludables que se recomienda para prevenir y controlar diversas enfermedades, incluyendo el cáncer. En este artículo, nos enfocaremos en la relación entre los ejercicios de running, específicamente el correr con intensidad, y su capacidad para reducir el riesgo de metástasis en pacientes con cáncer. Los resultados de un estudio reciente publicado por la Universidad de Tel Aviv sugieren que esta actividad física puede tener un impacto positivo significativo en la prevención de este tipo de enfermedad.
Aunque parece ser beneficioso, hay factores importantes a considerar para maximizar sus posibilidades de éxito. El estilo de vida y los factores genéticos individuales pueden influir en cómo el cuerpo se adapta al ejercicio extenuante. La rutina diaria también tiene un papel determinante en mantenerse activo con regularidad, por lo que crear hábitos saludables no solo implica correr, sino desarrollar actividad física cotidiana.
Por otro lado, antes de comenzar cualquier tipo de programa de entrenamiento, es importante consultarlo con el médico, especialmente si uno tiene antecedentes de problemas de corazón, circulación o articulares: se deben tomar las medidas recomendadas para evitar accidentes, sobre todo en los primeros meses cuando se incorporan nuevas actividades en la rutina.
El Impacto del Correr Intensamente en la Salud

El ejercicio aeróbico es conocido por sus beneficios a nivel cardiovascular, muscular y respiratorio. Cuando se realiza con fuerza, como sucede en el caso de los ejercicios de running, el cuerpo entra en una modalidad llamada "estrés agudo," donde el metabolismo pasa a buscar fuentes de energía más rápidas para cubrir la demanda excesiva de trabajo físico.
En este contexto, las células cancerígenas enfrentan sus mayores desafíos cuando están expuestas a un estrés oxidativo o inflamatorio, ya que este tipo de situaciones dificultan su capacidad para crecer y resistir tanto fármacos de quimioterapia como las respuestas inmunológicas del sistema. Así entonces, se ha observado cómo el ejercicio aumenta sustancialmente la actividad natural del organismo para combatir dichas células anormales.
Conclusión Estudio Universidad Tel Aviv
Un reciente estudio publicado por investigadores de la Universidad de Tel Aviv ha logrado encontrar un enlace entre los beneficios del ejercicio físico y su capacidad de prevenir la metástasis. Bajo la dirección de investigadores Dror Avniel, se demostró como el estrés agudo fisiológico provocado por el ejercicio reduce significativamente la capacidad de extensión del cáncer a otras partes del cuerpo.
El estudio observó que los órganos principales involucrados en la propagación cancerosa –ganglios linfáticos, pulmones y hígado— tienen su consumo de glucosa alterado cuando experimentan estrés. Esta modificación en el consumo energético impide que las células cancerosas encuentren la cantidad suficiente de azúcar en dichas áreas para que puedan replicarse y crecer. Los investigadores encontraron además un impacto positivo sobre su sistema inmunológico, ya que se aumenta la función efectiva de los leucocitos neutrófilos.
De esta manera el estudio concluyó que los pacientes que incorporaban ejercicios regulares como correr o actividades similares podían enfrentar con mayores esperanzas a riesgos recientemente previstos. Específicamente, se vio un impacto en la reducción de metástasis hasta 72% según los datos obtenidos luego del estudio durante el período analizado.
La Investigación y el Futuro Perspectivas
Como cada avance científico que nos conduce hacia resultados más precisos por medio de estudios, siempre está sujeto a revisión periódica para ajustar teorías e ir más allá de los conocimientos existentes. En este caso la comunidad médica y científica analiza las nuevas investigaciones como pieza clave dentro del rompecabezas que busca entender cómo funcionan todos estos mecanismos en juego.
Por el lado de los investigadores, es común unirse con más colaboración multidisciplinaria para probar hipótesis cada vez más complejas. La perspectiva parece ir hacia la conexión directa entre el patrón de ejercicio físico y una reducción del riesgo. Una combinación ideal podría ser la interacción constante: correr regularmente lo suficiente como para aumentar su condición física sin permitir que esta sobrepese su sistema, mientras también se desarrollan pequeños cambios habituales en los ejercicios cotidianos.
Recomendaciones y Práctica
Una vez identificadas con claridad las ventajas de correr y otros tipos de ejercicio en relación con prevenir la metástasis maligna, hay práctica real implementable sin dejar a un lado el profesional médico. En esta línea del frente del comportamiento activo se tiene que tener claro el balance correcto como antes mencionado y no sobrepasar el límite. Por consiguiente para una incorporación gradual al ejercicio físico de correr, se puede comenzar con caminatas cortas que progresivamente en aumento de distancia hasta aumentar la intensidad hasta sentir la fatiga pero sin excederla.
Las condiciones generales de salud son aspectos a considerar previas a la implementación del plan de rutina. Cada individuo es diferente y debe consultar con su médico si posee factores como antecedentes en problemas cardíacos o articulares. Asegurarse así de no superar el límite propio.
Lo anteriormente mencionado deberá realizarse de la mano con un buen desayuno matutino a seguir por otros alimentos saludables que contengan carbohidratos y proteínas para estar energizadas antes de comenzar cada práctica deportiva para asegurase tener una buena disponibilidad de combustível como se ha mencionado antes.
Siempre es necesario respetar también un tiempo adecuado para el periodo previo entre entrenamientos para evitar que los músculos queden sobrecalentados causando así la fatiga de manera prematura además de la aparición más frecuentes de lesiones o dolores musculares.
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