Qué es la Entesopatía Isquiotibial y cómo tratarse

La entesopatía isquiotibial es una condición médica que afecta a personas que practican deporte y actividad física de manera intensa. Se caracteriza por un dolor crónico en la región posterior del muslo, especialmente después de realizar ejercicios de correr o subir escaleras. En algunos casos, esta lesión puede provocar una pérdida significativa de movimiento y rendimiento deportivo. Es importante mencionar que no todas las personas que practican actividad física desarrollan la entesopatía isquiotibial, pero aquellos que tienen antecedentes de otras lesiones en la zona posterior del muslo son más propensos a sufrirla.
El término entesopatía se refiere al daño o inflamación en un tipo específico de tejido conectivo llamado "entezoma", que es una estructura fibrosa que conecta músculos huesos. El término isquiotibial se refiere a la región posterior del muslo, donde se encuentra el grupo muscular conocido como el músculo isquiotibial, encargado de ayudar en movimientos de pierna y balance.
La entesopatía isquiotibial generalmente aparece por fatiga muscular o sobrecarga física, pero puede estar impulsada también por algunos factores adicionales. Entre ellos se encuentran la postura inadecuada mientras camina u otheras ejercicios, los cambios bruscos en el propio esfuerzo deportivo y las compensaciones para otros lesionados en la zona afectada.
Esto lleva al desarrollo de un dolor crónico que empeorará durante largos períodos de ejercicio físico. Además, puede ir acompañada de otras molestias como inflamación y sensibilidad en la afectado.
En algunos casos, la entesopatía isquiotibial puede ocurrir después de una lesión menor, pero también hay personas que la desarrollan de manera no traumática, simplemente debido a excederse demasiado. Para evitar este tipo de lesiones y mantener un buen rendimiento deportivo es importante tener en cuenta una serie de factores como el estilo habitual de senderismo, la frecuencia de las sesiones de entrenamiento físico y el uso correcto del equipo de protección, entre otros.
Causas de la lesión

Entre las causas más importantes de esta condición se encuentran los problemas músculo-esqueléticos debidos a un desequilibrio muscular, es decir, aquellas personas que ejercitan intensamente su flexor, no les corresponde ejercitar con la misma intensidad el músculo extensor o viceversa. Por eso, entre las causas de esta patología se encuentran:
Algunos comportamientos posturales incorrectos durante la marcha u otros movimientos
Conductas musculares como contracción muscular excesiva en ejercicios de flexor para favorecer movimientos agresivos.
La falta de equilibrio de los músculos del mismo grupo en el afectado que causa un desequilibrio entre las demanda por movimiento de la pierna y la correspondiente fuerza muscular aplicada. Los ejercicios como correr incluyen, además de otros muchos factores, una alta intensidad en sus movimientos lo que se traduce en mayor exigencia al músculo.
Las causas pueden ser múltiples. Para abordarlas eficazemente es importante un estudio específico por parte del especialista clínico que estudie las características anatómicas y deportivas actuales de la lesión, así como el análisis de su desgaste muscular.
Diagnóstico

El diagnóstico se apoyará en los siguientes pasos:
- La revisa física por parte del especialista clínico que tenga suficiente conocimiento en el tema.
Entre estos especialistas mencionados hay médicos deportivos y fisioterapeutas entre otras disciplinas. Deben incluir en lo posible también a ortopedras o fisioterapeutas con experiencia previa de la misma.
La historia del dolor y la lesión que afectaron al usuario en ese momento.
Análisis de las imágenes generadas mediante resonancia magnética o raigrafía donde se puede observar el problema o no, si es así, entonces podemos confirmar esto más a fondo. Los especialistas en medicina deportiva también podrán realizar un análisis de los movimientos para entender correctamente qué causó esto.
- Las pruebas objetivas que incluyen pruebas dolorosas y las analíticas de excreción de proteínas musculares.
La última de estas pruebas suele tener muy buena sensibilidad para la detección de lesiones subclínicas que todavía no han tenido suficiente tiempo como para poder sentir un dolor sensible para así saber en tiempo real si la tendinitis va a ser afectada con un desarrollo más intenso. Hay también otras formas de tomar estas análisis.
- La exploración fisioanatómica del usuario.
Cuál es el tratamiento recomendado

En algunos casos pueden requerirse procedimientos médicos para aliviar la lesión, mientras que otros solo necesitarán prácticas sencillas o rehabilitados en diferentes partes de su cuerpo. Entre ambos existen muchos métodos que podrían funcionar bien.
- Fisioterapia puede ser un recurso eficiente tanto antes como después del procedimiento quirúrgico para mejorar la movilidad y mantener un buen estado muscular.
Esta tendrá un efecto positivo en caso de lesiones menores, pero siempre dependerá que estén afectado.
- El entrenamiento coreal, esto es entrenar en diferentes partes del cuerpo de manera que sea posible fortalecer otros músculos en la zona afectada.
En el sentido de ayudarles a los afectados a seguir practicando sus deportes y actividades física sin dejarlos para ello abandonados.
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