Es el salto de longitud o vel. más difícil

El debate sobre cuál es la disciplina más difícil entre el salto de longitud y la velocidad ha sido un tema recurrente en las conversaciones del mundo atletismo. En un lado, se encuentran los seguidores de los velocistas, quienes argumentan que su capacidad para alcanzar velocidades extremadamente altas require un alto grado de potencia muscular y una eficiente coordinación neuromuscular. Por el otro, está la facción de los seguidores del salto de longitud, quienes sostienen que esta disciplina demanda una precisión extrema en cuanto a la dirección y la fuerza para superar distancias enormes.

La discusión no solo se limita al ámbito deportivo; también tiene implicaciones sobre el entrenamiento y la preparación física. Por ejemplo, los entrenadores se preguntan si es más efectivo enfocarse en hacer que un atleta sea lo más rápido posible o en trabajar para que logre distancias máximas en cierta dirección. Con este debate en mente, exploraremos detenidamente tanto el salto de longitud como la velocidad y analizar los puntos clave sobre cuál es más difícil.

En parte, las habilidades fisiológicas y biomecánicas necesarias para ambas disciplinas son extremadamente diferentes, lo cual complica la cuestión. El salto de longitud se centra fundamentalmente en generar impulso desde el punto de apoyo para alcanzar una altura considerable antes de descender suavemente hacia el suelo. En cambio, correr a velocidad máxima requiere que un atleta genere una gran cantidad de fuerza a corto plazo para impulsarse y mantener una tasa elevada de contracciones musculares.

Además, la preparación física necesaria para ambas competiciones es significativamente distinta. Los corredores velocistas deben estar en capacidad de producir potentes explosiones de velocidad desde cero con cierta frecuencia; en cambio, saltadores de longitudinal trabajan principalmente sobre su fuerza y control musculares a lo largo de toda el pleno rango de movimiento (desde las fases de amortiguación hasta a la fase de despegue) en cada intento. Esto significa que tanto los corredores como los saltadores ven una gran presión para desarrollar una coordinación neuromuscular excepcional, donde sus movimientos de alta velocidad o con fuerza sean bastante consistentes entre intentos.

El cuerpo humano actúa de varias maneras al realizar un salto en longuitud. Aunque se requiere la generación extrema de fuerza muscular por parte del sistema muscular y el propio organismo en sí para lograr grandes alturas y anchas distancias, a los corredores velocistas se les exige que realicen rápidos cambios a las tasas de velocidad. No hay duda de que desarrollar una sensibilidad en el entrenamiento de cada atleta sobre cómo realizar esos rápidos cambios durante la carrera es extremadamente complicado.

Análisis Fisiológico

El análisis fisiológico de ambas disciplinas nos lleva a entender mejor las peticiones funcionales que las diversas partes del cuerpo deben satisfacer. La musculatura está diseñada para realizar ciertas funciones en un proceso general ampliamente diferenciado.

Cuando hablamos acerca de las fuerzas generadas por los saltadores, se menciona la capacidad de lograr y mantener una elevada potencia muscular a lo largo de una carrera. Esto es una indicativa clara que tanto el par (fuerza que actúa por la perpendicular del eje), como el peso corporal han contribuido en gran medida con sus respectivas acciones dentro del suelo, antes que un atleta alcance las velocidades más altas.

Por el otro lado, para ser un buen atleta en carreras de velocidad, se necesitan músculos más rápidos y potentes. Esto es especialmente cierto cuando los corredores llegan a alcanzar los 100 metros en sub 10 segundos. Aquí la resistencia muscular requiere un sistema que pueda generar una gran cantidad de contracciones musculares lo mas rápido posible; al mismo tiempo, hay que lograr que el flujo sanguíneo aumente.

A pesar de estas diferencias clave en los aspectos físicos y neuromusculares demandados por ambas disciplinas, ambos corredores velocistas y saltadores de longitud deben enfrentarse desafíos distintivos. Algunas veces estos defiesen la capacidad de un atleta para lograr una alta cantidad de impulso o control mientras el otro tiene problemas con su velocidad.

Ejemplos de grandes atletas

Es importante explorar a través de los ejemplos y casos de reconocidos atletas en ambas disciplinas. En este aspecto, podemos mencionar figuras como Usain Bolt, quien ha sido recordado como una figura icónica dentro del mundo de la velocidad. En cambio si consideramos a Carl Lewis, otro icónico saltador longitudinal, también se le destaca por su dominio en esta especialidad.

Al pensar profundamente sobre las cualidades que los atletas velocistas utilizan para llegar al primer puesto y las demandadas tanto en salto longitudinal como corriendo velocidad máxima. Es entonces cuando nos damos cuenta de lo distintas fueron las habilidades musculares en cada una de estas disciplinas.

Como se ha mencionado anteriormente, la habilidad de Bolt para acelerar rápidamente es en extremo complicada para los velocistas. De esta manera, su capacidad como corredor veloz y agudo, contrasta con la del propio Salto longitudinal por Carl Lewis que puede generar una distancia a diferencia de un carril donde los atletas corren.

Aunque se mencionó antes que estos ejemplos son significativos para el mejor entendimiento de ambas áreas que tienen diferentes aspectos. Por ejemplo: en su carrera Usain Bolt utilizo una técnica como una ampliación de brazos; que le permitió tener velocidades constantes que lo hicieron ganar varios títulos internacionales. Diferente situación tiene el caso de Carl Lewis, ya que para un saltador de largo es indispensable mantener la estabilidad y seguridad musculares para generar el impulso cuando sube al borde del punto de aterrizaje; donde logra alcanzar grandes alturas.

Comparando los entrenamientos

El debate también involucra aspectos relacionados con los entrenamientos que requiere cada disciplina. Mientras los corredores velocistas enfocan en aumentar su potencia, elasticidad y resistencia para alcanzar las velocidades máximas, los saltadores de longitud necesitan desarrollar fuerza y control precisión en sus movimientos. De manera similar a como se discutió anteriormente acerca que cuando asumió el desafío del salto longitudinal, Carl Lewis pasuvo por una gran transformación para dominar esa técnica, lo mismo puede decir de otros saltadores.

Cualquiera sea una actividad o acción que cada deportista realice, tiene en su conjunto las características para requerir grandes preparaciones físicas. Los entrenamientos como los referidos aquí a la hora de desarrollar habilidades específicas tienen una gran responsabilidad en el final exitoso de cada carrera, no tanto sobre cuál discipina es peor al mismo tiempo.

Esto ha sido un problema recurrente desde siempre ya que todos creen, sin entender nada de cómo fue su entrenamiento para lograr las capacidades por las cuales son conocidos; y lo cierto es la realidad a diferencia de la opinión individual de cada uno; nos lleva a cuestionarnos quién tiene más trabajo. Por tanto se llegan a muchas comparaciones inexactas basadas sobre opiniones.

Conclusión

Después de explorar las diferentes facetas analizando y comparando los entrenamientos, habilidades fisiológicas, ejemplos e incluso las teorías detrás del desempeño en carreras velocistas versus salto longitudinal podemos decir que la realidad es mucho más compleja de lo pensado. A diferencia de muchas personas cada disciplina tiene el requerimiento específico para su logro pero no hay un punto claro que nos permita determinar si una sea peor otra.