Qué legado dejó Hans Ruf en el atletismo español

El gimnasio está iluminado apenas con una sola lámpara fluorescente y presenta un ambiente de intensidad y disciplina

Hans Ruf Gimenez, uno de los entrenadores más importantes del atletismo español, ha dejado una gran marca en la historia deportiva nacional. Con una carrera que abarcaba tanto la especialidad en salto con pértiga como su posterior labor como entrenador en este mismo ámbito, ha sido capaz de producir a uno de los mejores saltadores de todo el tiempo de España y medalla olímpica en Barcelona 92.

Su impacto puede ser percibido tanto en sus logros personales como en la influencia que dejó en las generaciones más jóvenes. De manera especial se destaca su trabajo con Javier García Chico, quien bajo su tutela fue capaz de conseguir una medalla de bronce en un evento tan relevante y altamente exigente como es el Campeonato Olímpico. Esta hazaña tuvo el valor adicional de demostrar que en aquel entonces la élite del mundo no era invencible al tratarse de correr a velocidad récord.

Además, también destaca por ser una figura muy respetada entre la comunidad atletística, tanto entre los deportistas como entre sus pares. Durante toda su vida profesional siempre mantuvo relaciones excelentes y recibió el apoyo incondicional de todos. La relación que tuvo con las generaciones más jóvenes, ya sea por tener a Javier García como alumno o simplemente por compartir anécdotas e ideas valiosas sobre el método de entrenamiento de salto con pértiga en su momento.

El mundo del atletismo nacional sigue emocionado con la posibilidad de saber cómo es que Hans Ruf podía generar tanta motivación y entusiasmo entre sus alumnos, logrando llegar al límite máximo de lo posible siendo siempre apoyo constante junto a ellos. Durante los últimos 30 años no ha habido nadie más cerca de alcanzar el puesto olímpico conseguido por Javier García Chico.

Hans Ruf dejó un legado que seguirá influyendo en el atletismo español mucho tiempo después de su fallecimiento.

Índice
  1. El origen del interés en atletismo de Hans Ruf
  2. El entrenador Hans Ruf
  3. La medalla olímpica
  4. Legado de Hans Ruf

El origen del interés en atletismo de Hans Ruf

Un hombre maduro de atletismo está parado con un traje impecable, mirando directamente hacia adelante en un momento de profunda meditación

El origen del amor de Hans Ruf para el atletismo lo encontramos no solo como figura deportiva destacada sino también por haber sido parte activa en diversos roles durante un largo período. Se sabe poco de sus primeros años como atleta pero se recuerda su carrera deportiva como excelente, especialmente destacando la competencia de salto con pértiga donde se destacó desde joven.

No obstante a pesar de ello siempre tuvo una inquietud constante por el mundo del entrenamiento, específicamente por el deporte de salta de pértiga. Esta curiosidad que él tenía sobre este deporte la llevó a ser un observador ávido en los diferentes eventos tanto al aire libre como dentro de instalaciones.

Hans Ruf siempre tuvo interés para ir más allá, para descubrir los secretos detrás del buen salto con pértiga y cómo entrenarlo. A todo esto es que se le puede ver más bien como alguien que nunca tuvo la actitud de un simple fanático. Esto llevó a formar equipo con otros expertos en deportes como él e incluso con varios técnicos y especialistas tanto dentro en el campo del entrenamiento físico como en ciencias relacionadas con el atletismo.

Junto a todo esto sus propias limitaciones no impidieron que su capacidad, visión y conocimiento para entrenar y ayudar lo llevaron a convertirse en una de las figuras realmente influyentes del atletismo español. Siendo un pionero y uno de los primeros entusiastas del deporte, su interés también ha sido consecuentemente transmitido por generaciones, logrando que el salto con pértiga haya perdurado en el tiempo.

Además esta actitud constante no solo tuvo una influencia directa a través de la formación y los procesos de entrenamiento; sino además como figura respetada al interior de la disciplina, muchos atletas llegaron a considerarla e inspirarse enormemente por su entusiasmo. Por lo tanto es un legado duradero del que debe quedar patente no solo en el impacto en sus alumnos y compañeros, sino también trasladándolo hacia las futuras generaciones de deportistas.

El entrenador Hans Ruf

Hans Rufs está sentado en una habitación con su maletín y vestido de un estilo atildado

La dedicación que Hans Ruf tenía por la disciplina que practicaba lo impelía a siempre estar inmerso en nuevos conocimientos y nuevas técnicas a aplicar. En su proceso profesional como especialista, comenzó a formarse en el ámbito de la metodología del entrenamiento atendiendo conferencias y cursos ofrecidos tanto a nivel nacional como internacional.

Juntando toda esta información y la experiencia acumulada, fue capaz también de transmitirla a sus alumnos a través de programas de entrenamiento eficientes, en los que se combinaba el desarrollo físico con técnica. Por lo tanto al ir creciendo en su reconocimiento dentro de su comunidad, es muy plausible que su figura de instructor pronto dejara una huella duradera en los jóvenes atletas que le rodeaban.

En cuanto a cómo se puede percibir la dedicación y profesionalidad del entrenador se hace evidente en cómo pudo ser capaz de sacar lo mejor de cada uno. Aunque sea algo usual que un instructor logre su cometido más fácilmente con los más talentosos, no es tan común encontrar entrenadores como él que consigan resultados positivos incluso con atletas menos dotados.

No fue solo esta singularidad que le hizo destacarse sino también la sensibilidad para la disciplina y el desempeño óptimo a lo largo del año. Todo este aprendizaje quedó impuesto de manera tal, que el trabajo realizado por Hans Ruf se dejaba sentir mucho tiempo después en las generaciones de atletas que tuvieron la suerte de estar bajo sus directrices.

El hecho de haber sido capaz de influir no solamente a los jóvenes al interior del entrenamiento de salto con pértiga; sino también trasladar esa inspiración a otros más allá, como por ejemplo amigos y familiares que le rodeaban o simplemente aquellos aficionados, constituye el origen de una figura respetada en gran medida tanto dentro como fuera de su gremio.

La medalla olímpica

El entrenador Hans Ruf logro con sus atletas un gran número de victorias y se puede decir que su labor al interior del deporte no ha sido desdeñable. Es importante destacar la medalla olímpica en el año 1992 por ser sin duda un hecho histórico e inolvidable. Y si algo tiene una relevancia especial es haber conseguido esta gloria sin estar ni siquiera de cerca de la élite del mundo atleta.

Frente a las grandes figuras internacionales, el logro olímpico ha sido considerado como uno de los momentos más destacados en la carrera deportiva de todos y cada uno de los miembros. Los méritos de su entrenador no quedaron ocultos a nadie, especialmente porque este logró algo impresionante, llegando en una etapa histórica particular donde otros lo habían dado por imposible alcanzar cualquier medalla que no fuera más que de bronce.

Hans Ruf era uno esos tipos de trainer que quería demostrar el resultado mejor posible. Esa actitud tan positiva y entusiasta se hizo evidente a través del trabajo mancomunado con cada atleta logrando establecer unas estrategias personalizadas basándose en sus necesidades como bien lo pudiera haber sugerido un experto o una prueba realizada que mostrara claramente cuál era el tipo de entrenamiento más idóneo para cada persona.

Para muchos fue la gran sorpresa de su año y para otros quizá fuera apenas otro hito más; sin embargo al ser el resultado de todo su tiempo empleado como entrenador nunca pudo olvidarse de la medalla conseguida por uno de sus pupilos. Por otro lado, no debería asumirse que este logro significó la finalización del trabajo realizado por él dentro del deporte.

Por todo aquello no es necesario recordar muchas cosas ya que el objetivo principal para quien se dedicaba por completo al salto con pértiga fue y seguirá siendo ayudar tanto en lo posible a sus atletas como también promocionando la disciplina. Y si algo queda muy claro aquí es que su legado perdura en cada rincón del deporte.

Legado de Hans Ruf

Un anciano de 77 años con expresión tranquila y cansada, vestido de manera formal en un entorno sereno

A lo largo de su vida, el entrenador fue alguien realmente significativo para muchos y dejó una huella duradera dentro de los diferentes campos con los que trato a lo largo de su carrera. No es difícil imaginar que este sea visto como uno de esos personajes carismáticos y entusiastas tanto a nivel nacional como internacional.

Si bien podemos hablar de diferentes acciones realizadas al interior del deporte; también encontramos las cualidades necesarias para un buen entrenador: liderazgo, habilidad y sobre todo dedicación. Esto podría formar parte de por qué siempre ha sido tenido en gran estima tanto dentro como fuera de los entrenadores.

Es muy difícil encontrar personas dedicadas como él y capaces de sacar lo mejor de cada uno que además hayan desarrollado tanta influencia entre sus colegas, un personaje que, a manera de ejemplo para la disciplina en cuestión, siempre haya permanecido dispuesto a dar su experiencia a los demás. Por tanto su legado perdura al hacerse recordar como un modelo y referencia dentro del deporte en general y más concretamente en el ámbito específico de entrenador.

Hans Ruf nos deja como un referente no solo dentro del salto con pértiga sino a nivel profesional. Un modelo para muchos jóvenes atletas que se decidan a dedicarse por completo al aprendizaje y perfeccionamiento de esta importante disciplina deportiva; y además, su legado perdura entre los atletas entrenados por él como un ejemplo permanente.

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